Hoy se estrena esta producción nacional que es la alternativa de Perú en la nutrida ruta de las películas elegibles para el Oscar a Mejor Película Extranjera. “Manco Cápac” es la representación de una nueva oleada del cine peruano que viene del interior con una intención autoral, dando cuenta de una mirada nada complaciente de la realidad nacional en su propósito de construir un imaginario fidedigno y consolidar un público hacia él.
Buscando nuevos horizontes laborales, Elisbán (Jesús Luque) llega a la ciudad de Puno a encontrarse con su viejo amigo Hermógenes, quien le ha prometido darle trabajo. Pero las cosas no pintan nada bien. Ante la imposibilidad de ubicarlo, el muchacho se encuentra en una penosa situación al tener muy poco dinero y escasas chances de encontrar un buen empleo. Más compenetrado con la vida en el campo, Elisbán solo halla rechazos y abusos mientras intenta sobrevivir en un medio que se le hace cada vez más hostil.
El segundo largometraje de ficción de Henry Vallejo supone un enorme salto desde “El misterio del Kharisiri” (2004), su obra precedente y emparentada más con los mitos y leyendas serranas de terror que gozan de tanta popularidad en el interior del país. Dicha película dejaba algunos fugaces destellos de lo que su director pretendía visualmente, pero, en términos generales, se trataba de un producto de acabado muy amateur y con un deficiente manejo del ritmo. A la luz de los años, Vallejo regresa con una propuesta mucho más ambiciosa que, desde la apertura con un travelling desde el interior de un bus, nos presenta a su protagonista arribando a la ciudad mientras duerme en posición fetal, en una suerte de nuevo –pero nada feliz- nacimiento en el medio urbano.
El chico empieza así una crónica en caída libre que refleja, a través de la desconexión con su nuevo terruño, la inversión del mundo andino sometido por las reglas del conquistador. Él, criado en el campo, pero ahora sin familia que lo respalde, no tiene más remedio que deambular en busca de fortuna. Si el mítico Manco Cápac emergió de las mismas tierras para fundar el imperio Inca, el propósito de Elisbán es el de encontrar su propio destino sin ninguna gloria más que el sobrevivir. Su suerte encuentra puentes con el protagonista de "Gregorio" (1982) en el sentido en que ambos se enfrentan a una ciudad a la que pueden ser absorbidos cínicamente y reinventarse con mucho dolor.
En el caso de Elisbán, siendo un veinteañero sin estudios ni más conocimientos que los del campo, su suerte es la alegoría de una cultura incomprendida y desplazada por un sistema individualista e indiferente. Ni reciprocidad ni redistribución le aguardan en ese derrotero en el que pinceladas de humor negro brotan para cebarse en su condición, mientras la cámara lo sigue desde un universo visual contenido, pero sin dejar de ser revelador en torno a un personaje cuya resolución lleva a la reflexión y a la ironía con un recurso que esquiva la complacencia y el regodeo con la crónica marginal. Lo interesante es que en tiempos en los que el fervor político lleva a la fácil y elemental estigmatización contra lo andino, esta producción nos invita a reflexionar en torno a esa conducta desde la figura vulnerable de quien no encaja en ciertos patrones impuestos desde la mirada citadina.
Actor Jesús Luque durante el Avant Premiere de "Manco Cápac". Foto: Sayo Hurtado
“Manco Cápac” es una película que tiene la huella de ese nuevo cine peruano que, al igual que su protagonista, quiere refundarse para superar la tradición de la cinematografía andina más allá de los mitos populares y darle voz a temáticas con una sutil reivindicación social. Pero más allá de sus aciertos y su apuesta arriesgada, también es cierto que al director le falta afinar su manejo de las elipsis, las que por momentos se hacen confusas con cortes que parecen insinuar situaciones finales que sorpresivamente renacen y suenan a baches narrativos. Más allá de esos detalles, lo que Vallejo consigue aquí es más que prometedor respecto a lo que podemos esperar de él en el futuro.
Aunque hay mucho entusiasmo en su realizador respecto a sus expectativas rumbo al Oscar 2022, su ruta de festivales ha sido pequeña y en ese camino consiguió el premio de Mejor Actor (muy merecido, por cierto) para Jesús Luque en la edición 2020 del Festival de Lima. Obviamente, deseamos que llegue muy lejos en ese deseo, pero frente a una realidad en la que hay grandes favoritas como “Bad Luck Banging or Loony Porn” (Rumania), “Drive my Car” (Japón) o “Titane” (Francia) –solo por citar algunas-, es mejor tomar las cosas con calma.
*La película ya se encuentra en cartelera
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