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[ENTREVISTA: Carolina Denegri, impulsora de la plataforma “Sala Violeta"]

  • Foto del escritor: Gonzalo "Sayo" Hurtado
    Gonzalo "Sayo" Hurtado
  • 19 ago 2022
  • 5 Min. de lectura

Actualizado: 20 ago 2022

Desde el 20 de agosto, las realizadoras peruanas tendrán un nuevo espacio para mostrar sus cortometrajes gracias a “Sala Violeta”, una iniciativa que permitirá que muchos trabajos puedan ser vistos de manera virtual –y gratuita- en todo el Perú. Al conversar con su gestora, la productora cinematográfica Carolina Denegri, muchas perspectivas surgieron al plantearse nuevos caminos para la exhibición masiva de este formato que alguna vez tuvo estreno comercial en salas junto a los largometrajes.


SAYO HURTADO: ¿Cómo se llegó a concretar esta iniciativa?


CAROLINA DENEGRI: Nace en medio de la pandemia. Yo estaba escribiendo un guion de cortometraje y empecé a preguntarme –como tantos cortos hechos en Perú- donde podría verse y donde encontrar los trabajos de otras compañeras. Comencé a buscar información y no encontré mucho fuera de los que maneja la plataforma de Cineaparte. Entonces, decidí hacer una encuesta a través de redes sociales preguntando a compañeras realizadoras donde estaban sus cortometrajes y ahí me sorprendí al ver que había un montón hechos por mujeres. Mientras escribía la historia de mi corto, convoqué a personas del medio para hacer una curaduría de ese material que me había llegado a través de la encuesta y para responder a la necesidad de este espacio de exhibición para realizadoras de cortos.


SH: ¿Qué has descubierto al indagar en esta problemática?


CD: Yo creo que un espacio de exhibición también revela o pone en agenda la necesidad de hacer. En mi caso, yo me dedico a la producción hace 12 años. A mí me encanta escribir y tengo muchos proyectos e ideas y a pesar de estar cerca de donde se realizan las cosas y de ser yo productora, el entorno mismo no me ha planteado el espacio como para que sea una motivación real para mí el hacer. Eso recién lo estoy descubriendo ahora y en parte por la movida que hay alrededor del impulso de hacer algo siendo mujer. Por eso creo que es muy importante que se vea lo que estamos haciendo.


SH: También es evidente el que cada vez aparecen más directoras en el medio….


CD: Quizás viendo la exposición “Rebeldes y valientes” que curó Gabriela Yépez en el Centro Cultural PUCP durante la última edición del Festival de Cine de Lima, podemos comprobar que hay mucho por descubrir y que quizás hay una producción latente que no estamos mirando nosotras mismas como mujeres y disidencias porque no existen los espacios. Parte de la agenda futura de “Sala Violeta” es mirar hacia atrás y hacer un trabajo de recuperación de cortometrajes que se hayan hecho en décadas anteriores. Ese también es un ejercicio de mirar al pasado y ver qué cosas han cambiado y que cosas no.


SH: ¿De qué manera están organizando temáticamente el contenido de la plataforma?


CD: La idea de llamarla “Sala Violeta” surge de la idea de emular a una sala que puedes hacer tuya en el lugar donde estés. A cada edición le hemos llamado “Rollo” y este es el “Rollo 1”, que temáticamente está agrupado como “(Auto) retratos de familia” y la idea es que cada rollo tenga una temática distinta y que sea curada por distintos equipos. Ahora los curadores han sido Karen Bernedo, Ivonne Sheen -en una primera etapa-, Héctor Gálvez y Lady Vinces y con ellos es que se decidió la temática de este primer rollo. En adelante, seguiremos convocando distintos grupos de curadores y curadoras.


SH: ¿Cómo dimensionan “Sala Violeta” en el corto plazo?


CD: Esta primera edición es para nosotros una suerte de test para saber dónde está mirando el público y donde está consumiendo estos cortos. Hemos tratado que este primer rollo sea bien diverso: tenemos documental, experimental, ficción y queremos enfocar en él por dónde van los intereses. Si bien es interesante y llena una gran necesidad el tener una plataforma, creo que es importante ver cómo se comporta en relación al público y no solo seguir la agenda en torno a lo que a nosotros nos gustaría ver. En ese sentido, Cineaparte, a través de Rafael Abarca y que son con quienes hemos diseñado la página, nos han puesto algunas herramientas de rastreo que van a formar parte de los resultados de esta investigación y analizar este comportamiento entre el 20 de agosto de este año y el 20 de agosto del año siguiente.


También tenemos el sueño que “Sala Violeta” se vaya transformando y que la muestra pueda llevarse a los distintos espacios de cineclubs y salas alternativas que se están abriendo en el Perú, o tal vez, que en un futuro pueda ser una sala alternativa en paralelo al consumo en redes y pueda existir también como un espacio físico. Esta primera etapa es exploratoria y de aprendizaje porque no se trata solamente de mostrar los cortos, sino de entender como está funcionando esa parte de la distribución y la exhibición, que es algo que alcanza incluso a los largometrajes y que es un eslabón perdido: sabemos hacer películas, pero no sé si somos muy conscientes de los canales para poder distribuirlas.


SH: Desde la derogación de la Ley 19327, que hacía obligatoria la proyección de cortos en salas de cine, es difícil encontrar un espacio de exhibición para ellos que no sean los festivales o las exhibiciones especiales. Es interesante, porque esta aventura que están iniciando puede abrir caminos para una mejor distribución de ese formato…


CD: Yo siempre he tenido un gran cariño por los cortometrajes y es de esa manera como he conocido a la mayor parte de directores y directoras con las que he trabajado. Recuerdo que cuando lanzamos la campaña del largo El Soñador de Adrián Saba, que se estrenó en 2017, nos propusimos presentar un corto y creamos un concurso de cortometrajes alrededor del estreno y se escogió a Aya de Francesca Canepa –que forma parte del “Rollo 1”-, y que se presentó en la antesala durante todo el estreno comercial.

"Aya", cortometraje hablado en quechua dirigido por Francesca Canepa.


No fue fácil hacer esa gestión y nos encantaría que “Sala Violeta” pueda hacer esa previa y que, de repente, algún largometraje nacional en exhibición pudiera tener un corto que lo acompañe y que eso vuelva a introducir al cortometraje en la exhibición de salas comerciales. Yo recuerdo que cuando Aya se proyectó en el Cuzco, mucho público llenó las salas motivados por un corto que se había rodado en su localidad. Creo que ahí existe una posibilidad de conexión positiva que puede sumar a que el público sea más amplio y que encuentre un plus en la exhibición.


SH: ¿Qué es lo que más te anima por sacar adelante este proyecto?


CD: “Sala Violeta” se ha hecho posible debido a que ganamos uno de los concursos del Ministerio de Cultura sobre circulación de obras en el 20/20 y en plena pandemia. Aunque no sabemos si en adelante podremos contar siempre con ese beneficio, queremos seguir haciéndolo. Es muchísimo trabajo el que nos demanda sacar adelante esto, pero creo que lo que más me motiva hacerlo es aprender y poder mirar el trabajo de otras compañeras ahora y hacia atrás.


Tengo mucha ilusión en que otras personas puedan aprender también a través de la plataforma y que encuentren diferentes motivaciones para el hacer. Por ejemplo: mi madre ha visto los cortos a lo largo de la curaduría y esto la ha entusiasmado tanto que ahora quiere hacer un documental. Ella no tiene formación audiovisual, pero el ver que es posible hacerlo con sus propias herramientas y con un estilo libre, la ha motivado. Mi sobrina, que es estudiante de comunicaciones y ya tiene 2 cortos, se siente animada al ver que otros cortometrajes salen a la luz. Todas esas cosas me motivan.

Carolina Denegri, gestora de "Sala Violeta"


*Para acceder a la plataforma, ingresa a www.salavioleta.pe

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