En la última edición de la Biennale di Venezia que terminó hace pocos días, esta coproducción entre Chile y México obtuvo el premio a Mejor Guion dentro de la sección Orizzonti. Su director platicó con nosotros y compartió su visión de un cine crudo y nada concesivo.
Desde “Carne de perro” (2012) y “Jesús” (2016), estaba claro que el imaginario de este cineasta pasaba por una mirada a personajes de la marginalidad que no encuentran su camino y que están perdidos dentro de un Chile que, más allá de la prosperidad económica, sigue tocado por las huellas del pasado y el horror de la dictadura militar. En ese panorama, el presente se hace confuso e incierto y la observación de aquellos seres los muestra como una síntesis que, en lugar de afirmar su identidad, exacerba su desarraigo social. En el caso de “Blanquita”, coproducida entre la productora chilena Quijote Films y la mexicana Varios Lobos, Fernando Guzzoni se reafirma en las premisas habituales de su cine, pero acercándose más al espíritu de los géneros con un drama basado en hechos reales: el célebre “Caso Spiniak”, que en 2003 develó una red de prostitución infantil y pedofilia que involucraba a empresarios y políticos de alto nivel.
La trama tiene como protagonista a una huérfana de 18 años (Laura López), quien ingresa al ojo de la tormenta al denunciar que ha sido abusada por poderosos hombres, generando una situación altamente mediática en la que diversos medios de comunicación cuestionarán la veracidad de su testimonio por tratarse de una persona de modesta condición económica. Ganadora de Mejor Guion en La Mostra de Venecia, conversamos con el director de esta producción que acaba de iniciar su ruta de festivales.
Fernando Guzzoni y parte de su equipo de producción tras ganar a Mejor Guion en la sección Orizzonti en Venecia.
FERNANDO GUZZONI: Por un lado, combina un discurso bien contingente, espinoso e incómodo que obliga al espectador a pensar y a posicionarlo ética, moral y políticamente frente a la película, pero también hay un componente de género de thriller que también permite que este contenido que puede resultar un poco pesado se aloje en algo que tiene vocación de audiencia. La película presenta un relato que te entretiene y te atrapa, pero también te hace pensar. Eso a mí al menos me gusta como ecuación al momento de ver cine.
Laura López, protagonista de "Blanquita"
SH: ¿A qué se debe tu predilección por un cine volcado a las temáticas sociales?
FG: A mí me causa cierta fascinación el complejizar elementos que veo en el panorama social o en relación con la sociedad en un sentido amplio y poder interrogar esos espacios que, a veces son advertidos por la oficialidad o el establishment con un slogan o una frase que controla esa verdad. Siempre hay una hebra donde se cuelan esos grises, donde hay matices que hay que volver a repensar y revisitar. Entonces, me interesa dialogar con la realidad. Obviamente, desde mi ángulo y resignificándola, pero yo creo que ahí está también mi obsesión como sujeto político y como director. En general, cuando pienso una película vuelvo hacia esas zonas. Tiene que ver con mi manera de ver el mundo y mi posición política frente a él.
SH: En este caso en particular, has tocado un tema muy presente en la realidad latinoamericana….
FG: Lo que me hizo sostener esta película, más allá que esté basada en un caso real con algunas licencias de ficción, es que hable sobre la impunidad y la violencia estructural de ciertas instituciones en la sociedad latinoamericana y mundial, remarcando el hecho de que en sociedades como las nuestras se construyen sujetos de primera y segunda categoría. Hay personas que no acceden al estado de derecho. Eso es conmovedor e incómodo. En general, yo pongo el ojo en las cosas que interpelan al espectador y le generan preguntas. En este caso, se trata de una gran reflexión sobre un hoyo negro que es la impunidad y de cómo la elite puede disciplinar, excluir y racializar cuerpos. Este es un entramado de una red de abuso infantil, pero lo vemos de distintas maneras a diario en nuestro panorama social.
Amparo Noguera, Alejandro Goic y Nicolás Durán, actores secundarios de "Blanquita"
SH: ¿Crees que estos son los temas que nos definen como región? ¿Te sientes más cómodo conviviendo con ellos?
FG: Hay un componente universal en todas esas temáticas. Sin ir muy lejos, uno piensa en Jeffrey Epstein y en la película que yo estoy planteando hay una figura muy parecida a esa. En cualquier país del mundo puedes encontrar esta asociación ilícita y estos mismos abusos contra menores. Son vicios y fracturas sociales que ocurren en todos lados, pero sí creo que hay un elemento que tiene que ver con cómo operan nuestras sociedades y que es diferente a la manera como se articulan las sociedades anglosajonas, donde hay más confianza en la justicia. Al menos en mi país, es casi imposible ver que una persona que comete un delito económico vaya a la cárcel.
En Chile, dos empresarios millonarios envueltos en cosas así fueron condenados a clases de ética, algo que no pasaría en Inglaterra o EEUU, donde si irían a prisión. Imagínate lo que significa un delito sexual perpetrado por la élite y los políticos, donde uno entiende que por más mediático que sea el asunto no va a haber condena ni prisión efectiva para ninguno de ellos. Ahí hay algo que puede ser más distintivo de cosas que uno observa en países como Chile o cualquier otro lugar de Latinoamérica. Yo soy poco dogmático conmigo, entonces siempre estoy explorando nuevas cosas, nuevos géneros y narrativas y me siento bien flexible en ese sentido. Hay una línea y un común denominador en mis películas, pero no quiere decir que no vaya a modificar eso y que no esté explorando otras épocas y lenguajes.
Director Fernando Guzzoni durante el estreno de "Blanquita" en el Festival de Venecia.
SH: Tus dos primeras películas fueron presentadas en el Festival de San Sebastián y “Blanquita” lo hace ahora en Venecia. ¿Siempre tuviste claro que querías moverte en un circuito tan potente?
FG: En los últimos 5 años ha sido más complicado en la medida en que hay una gran proliferación de películas debido a las plataformas, ya que estas han modificado de alguna manera la producción audiovisual y ésta cada vez más apunta a una lógica mainstream. Los festivales se han convertido en una suerte de antesala de los Oscar y hasta en Venecia se da eso. Es difícil estar en este tipo de eventos, pero si logras ingresar te dan una gran visibilidad, que es muy necesario cuando haces películas un poco más independientes. Por eso es tan importante llegar a San Sebastián, Venecia o Toronto y yo agradezco estar en ese circuito porque hace que el mensaje de mi película llegue con más fuerza.
SH: ¿Crees que la coproducción es el camino más lógico para integrar a las diversas cinematografías del continente?
FG: Las coproducciones, más allá de que apunten a una estructura financiera o un modelo de financiamiento, son sobre todo intercambios creativos. “Blanquita” tuvo un grueso del equipo técnico y de la post producción con personal y artistas mexicanos y eso fue muy enriquecedor para el proceso. Con lo que todavía hay que paliar es con la distribución del cine latinoamericano al interior de Latinoamérica. Se consume muy poco cine de la región en Argentina, Chile o México. En mi país, el 85% de las pantallas están tomadas por los grandes networks estadounidenses y solo un 15% está disponible para el cine chileno y del resto del mundo. Es muy asimétrica esa relación y por eso hay que hacer grandes esfuerzos para crear puentes con la audiencia. Yo ahora vivo en México, pero cuando lo hacía en Chile me hubiera gustado poder ver cine ecuatoriano, venezolano o argentino en las salas a las que uno suele ir, pero eso no es muy usual.
Director Fernando Guzzoni en pleno rodaje de "Blanquita"
SH: ¿Cómo te ves dentro del panorama actual del cine chileno?
FG: El cine chileno hace más de una década que goza de buena salud y hay miradas muy disímiles a su interior con directores muy arties y muy experimentales. Otros son emblemáticos y consagrados como Pablo Larraín y Sebastián Lelio. Ahí coexisten muchas miradas y me gusta ser parte de ese universo. Permanentemente estoy viendo trabajos de mis colegas y lo disfruto mucho. Me gusta ser parte de una generación que genera tanta opinión.
Director Fernando Guzzoni, elenco y equipo de producción de "Blanquita" en el Festival de Venecia.
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