Fue una de las grandes sorpresas de esta edición 25, ya que se trata de un drama que marida muchos géneros como el suspenso y la intriga, a la vez que denuncia la alta criminalidad contra la comunidad LGTB en Brasil. A mi juicio, "Madalena" fue la mejor película del Festival de Cine de Lima y aquí les presentamos la conversación que tuvimos con su director.
Con una experiencia previa de un cortometraje documental, "In Transit" (2015), y tres de ficción volcados al drama: "Void" (2014), "The Coldest Place in Rio" (2015) y "The Wight of Loving You" (2016), el director brasileño Madiano Marcheti aterrizó su Ópera Prima en largometraje con "Madalena", un drama en el que nos acercamos a un tríptico de historias alrededor de habitantes de la ciudad de Dourados en Mato Grosso, quienes de una manera u otra, están relacionados con Madalena (Chloe Milan), un transexual asesinado y cuyo cadáver yace en los campos de soja cercanos. La circunstancia filtra el terrible hecho desde percepciones muy disímiles: desde el misterio y la incertidumbre de Luziane (Natália Mazarim), joven casera de la desaparecida; el miedo de Cristiano (Rafael de Bona) al descubrir el cuerpo en los campos de su adinerada familia; y la resignación de Bianca (Pamela Yule), Tiffanny (Lua Guerreiro) y Francine (Mariane Cáceres), compañeros de la occisa.
La película, cuyo tratamiento se refugia en el universo de sensaciones de sus protagonistas sin hacer nada demasiado evidente ni explicito, hace gala de una gran sutileza y sugerencia para ir desentrañando lo ocurrido al empujar la narración hacia una reflexión mayor sobre el repudiable crimen. Ganadora del premio de Ópera Prima en el Festival de Lima, "Madalena" también estuvo presente en el Festival de Rotterdam y forma parte de la sección Horizontes Latinos del Festival de San Sebastián. A continuación, la conversación que tuvimos con su director.
Sayo Hurtado: "Madalena" es una película con una interesante narrativa que juega con el misterio y la sugestión. ¿Es este el estilo que predomina en tu cine?
Madiano Marcheti: "Madalena" es mi primer largometraje, así que quizá sea demasiado pronto para dar una certeza sobre el tipo de cine que haré en el futuro. Cada película requiere su propia investigación específica. En este momento me interesan mucho las narrativas que también abren el espacio para que el espectador pueda crear. Me interesan las películas que se construyen en los bordes, que muestran momentos que no esperábamos ver en pantalla y que esconden momentos más esperados, que dan pistas sobre el carácter de los personajes sin necesariamente demarcarlos del todo en la historia. Por eso "Madalena" tiene una narrativa tan llena de sugerencias e insinuaciones. Al construir la película de esta manera, espero que el espectador me ayude a construir esta historia, a que piense en el pasado y el futuro de los personajes y a resolver los cabos sueltos del misterio que se establece en la película.
¿Es la escena inicial con los emús cruzando los campos una especie de advertencia sobre la acción nociva del hombre sobre lo que no entiende o altera?
Los emús son uno de los pocos animales salvajes de esa región de Brasil que, de alguna manera, resisten las enormes plantaciones de soja que han sustituido lo que antes era su hábitat natural. Ellos, al igual que los cerdos de monte, abandonan las islas del bosque en busca de comida en medio de las cultivos. Es la naturaleza salvaje que de alguna manera se resiste a la naturaleza domesticada impuesta por la acción humana. No sólo es una advertencia sobre lo que los humanos no entienden del impacto de sus acciones en el mundo, sino también un recordatorio de que hay resistencia, de que la naturaleza no se deja destruir sin ningún tipo de reacción.
El tema de la transexualidad en el cine brasileño ha sido una constante en los últimos años. ¿Todo este debate y su presencia en tu país no ha sido suficiente para romper las barreras sociales?
Es muy importante la cosecha de películas brasileñas que presentan personajes trans, que cuentan historias sobre trayectorias de personas trans o que son creadas por personas trans, pero no es suficiente para cambiar toda una lógica histórica de opresión machista y transfóbica de una hora a otra. Además de las películas, tenemos que debatir y hacer avanzar estos temas en la escuela, en el lugar de trabajo, en la familia, en la iglesia, en las leyes, en las políticas de salud pública, etc. Así que, quién sabe, tal vez las personas trans sean respetadas en más espacios y puedan entrar y permanecer en el sistema educativo, acceder a oportunidades en el mercado laboral sin obstáculos, y no tengan que enfrentarse a estigmas y dificultades para tener relaciones amorosas y ser aceptados en sus familias.
Hay una intención presente en tu película que es mantener el punto de vista del espectador sobre sus personajes, como una mirada furtiva para verlos tanto desde sus propios prejuicios como en su estado natural. ¿Diría que es una aproximación al género documental?
No creo que la película tenga un enfoque documental en algún nivel. Absolutamente todo lo que hay es ficticio. Creo que hay dos deseos estéticos en juego. El primero es explorar los más diversos elementos visuales y sonoros para crear una atmósfera capaz de transportarnos a ese lugar. Una atmósfera que puede transmitir la sensación de que allí hay algo extraño, que en ese lugar, principalmente en las plantaciones de soja, hay algo hostil, un peligro inminente. Se podría decir que hay algo de cine de género en este enfoque, un coqueteo con el suspenso o incluso con el terror. Y, por otro lado, hay un deseo de mostrar la dinámica social específica de este lugar, cómo funcionan las cosas allí, cómo impacta la agroindustria en la vida de las personas y en el resto de la naturaleza de esa ciudad. Y en este sentido, hay una cámara más atenta a la vida cotidiana de los personajes.
El momento final con los tres amigos departiendo en el campo establece una idea de aceptación desde un reencuentro con la naturaleza. ¿Es una declaración de principios implícita?
La esperanza de vida de una persona trans en Brasil es de sólo 35 años. Es una realidad terrible. La idea de la muerte para las personas trans no es la misma que experimentan las personas cis. No es habitual que las personas cis pierdan varios amigos antes de los 35 años. Pero, por desgracia, para algunas personas trans es una realidad. Así que el duelo de las personas trans también acaba siendo distinto del duelo que experimentan las personas cis. Quien me enseñó esto fue Helena Vieira, una maravillosa pensadora y escritora brasileña. La última parte de la película se construye intentando aportar una idea de lo que sería este duelo trans. Los tres amigos están destrozados por la pérdida de Madalena, pero por otro lado necesitan seguir adelante: por Madalena y por ellos mismos. No se trata de aceptar la muerte. Lo más fuerte que uno puede hacer en este momento de pérdida es vivir. Y viven. Por eso este encuentro con la naturaleza. Al igual que ver el bosque en pie en medio de la devastación causada por la agroindustria es una declaración de resistencia de la naturaleza, acompañar a los amigos de Madalena divirtiéndose es una declaración de resistencia y de vida.
¿Cuáles son tus expectativas para el estreno comercial de "Madalena"?
Sabemos que la situación de los estrenos de cine durante la pandemia es aún más complicada para las películas de bajo presupuesto o menos comerciales. Esperamos estrenarla en algunos cines de Brasil este año (todos los posibles) y en algunas plataformas de streaming de todo el mundo a principios del año que viene. Mi expectativa, y también la de los productores, es que la película se vea y se vea y se vea. Y que tenga alguna repercusión hasta el punto de contribuir a la discusión en torno a los temas de la violencia contra las personas trans y los impactos que el agronegocio produce en la vida de las personas y la naturaleza.
El gobierno de Jair Bolsonaro ha sido nefasto en muchos aspectos, especialmente en el cultural. ¿Cómo ha afectado esto directamente a tu trabajo?
Bolsonaro no es una figura nueva en Brasil. Siempre ha existido y ha ocupado cargos políticos durante más de treinta años, siendo siempre parte de lo peor que existe en la política nacional. Del mismo modo, los partidarios de Bolsonaro siempre han existido, y siempre han estado en contra de los derechos humanos, la democracia y las agendas progresistas, incluyendo los derechos LGBTQIA+, los derechos de las mujeres, la protección del medio ambiente, etc. Resulta que debido a numerosos factores y actores (principalmente la élite corporativa, los medios de comunicación dominantes y el sistema judicial), se ha allanado el camino para que una persona como Bolsonaro llegue al poder.
Es muy triste ser testigo de este momento, en el que la política brasileña está alimentada por el miedo y la desinformación, generando paranoia colectiva e incluso violencia - incluso contra las personas LGBTQIA+. Estábamos filmando "Madalena" cuando Bolsonaro fue elegido. Terminamos la película en el primer año de su gobierno. Luego sufrimos todo este proceso de corrosión de las políticas de apoyo a la cultura y la total paralización de los fondos públicos nacionales de apoyo al cine brasileño. A partir de entonces, las cosas no hicieron más que empeorar. Esto afectó al proceso de finalización de "Madalena", principalmente. No pudimos acceder a las ayudas estatales para la posproducción, algo que habría acelerado la finalización del proyecto.
¿Tienes intención de seguir haciendo películas de temática LGTB o quieres entrar en otros registros?
Seguiré haciendo películas sobre temas que me perturban, que me atraviesan y me sensibilizan. No necesariamente con temas LGBTQIA+. Pero quizás porque soy gay, creo que los temas de este universo siempre estarán en mi radar y de alguna manera estarán dentro de mis películas, ya sea en los personajes, en las tramas o incluso en el lenguaje.
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