Como para alimentar un falso documental con la cuota delirante de Werner Herzog, por años periódicos y revistas tuvieron como referente a este luminotécnico radicado en EEUU, quien antes que Claudia Llosa tuviera una nominación por "La teta asustada" (2009), afirmaba haber recibido el Oscar Honorífico.
Más allá de lo devaluado que se encuentra el Oscar por su cada vez más distante relación con la excelencia cinematográfica, la posibilidad de ganarlo o ser nominado siquiera le sigue quitando el sueño a cualquier cineasta en busca de celebridad. Desde el momento en que tales ensoñaciones empiezan a echar a andar, aparecen historias como la del origen de la dichosa estatuilla y que a más de un patriota le hinchaba el pecho de orgullo en México cuando se voceaba que el diseño estaba inspirado en la figura de Emilio "El Indio" Fernández, emblemático actor y director de ese país, quien habría sido sugerido en 1928 como modelo de la misma por la también mexicana Dolores del Río a su marido Cedric Gibbons, miembro de la Academia de Hollywood y responsable del diseño. Por supuesto, semejante leyenda urbana se convirtió en una suerte de patrimonio nacional que nunca tuvo confirmación alguna y que en el tiempo fue desmentida por los mismos mandamases de la industria gringa.
LA NARRATIVA DEL ÉXITO
En la actualidad, el storytelling es una técnica narrativa de sucesos que es una poderosa herramienta publicitaria al momento de conectar emocionalmente al público con una marca a través de una historia de vida similar a la suya o que represente un acto de superación. Su definición en el tiempo presente no quita que en el pasado haya sido un recurso efectivo pero descubierto fuera del ámbito del merchandising clásico. El reconstruir la historia de Antonio Panta de boca de su hija Julia ha alimentado la mayoría de crónicas en medios peruanos en torno a la prodigiosa vida de su padre con esta técnica, por lo que vamos a tomar a pie juntillas los datos duros y a poner en condicional los elementos emotivos que acompañan a su relato.
Luminotécnico Antonio Panta junto a los actores Ricardo Montalbán, Michael Landon y John Wayne, siendo este último -según él- quien lo introdujo en el mundo artístico.
En 1944 y con apenas 17 años, Antonio Panta abandonó su hogar en el puerto de El Callao y sin siquiera haber podido terminar sus estudios de secundaria, partió a Nueva York en busca de mejor fortuna. En la Gran Manzana tuvo que desempeñarse en oficios para poder sobrevivir y fue gracias a su trabajo como lustrabotas que conoció al actor John Wayne, quien impresionado por su labor, siempre requería sus servicios y lo hacía ir a buscarlo a los mismos estudios donde solía rodar. En una oportunidad, un set tuvo un desperfecto electrónico y Antonio pudo solucionar el impase, impresionando tanto al personal a cargo, que terminaron invitándolo a trabajar como luminotécnico. Luego se fue a estudiar Ingeniería Eléctrica a Los Angeles y pudo desarrollar una extensa carrera como iluminador en cine y televisión.
Hasta aquí, este storytelling no tendría nada de extraño al ser una crónica más sobre un peruano modesto que consiguió sobresalir con su trabajo en condiciones adversas, algo parecido a las historias de vida del tenista Alejandro Olmedo o el músico Álex Acuña. Pero cuando él ya se encontraba cómodamente asentado en EEUU, en 1959 la revista Caretas le dedicó un artículo en el que resaltaba su trabajo en las cadenas CBS, NBC y ABC, su ingreso al Sindicato de Técnicos de Cine y Televisión de ese país y sus anécdotas con diversas celebridades que iban desde el presentador Ed Sullivan hasta el gran Charles Chaplin. ¿Lo más sorprendente? Panta afirmaba haber ganado en 1957 el premio Emmy por su trabajo técnico en la serie de comedia criminal "Playhouse 90".
Antonio Panta con Clint Eastwood, Natalie Wood y Anthony Quinn.
Lo extraño es que no hay ningún registro en la base de datos de los Premios Emmy que acredite tal información, tan solo una foto de Panta sosteniendo ese trofeo y que él se encargó de divulgar por su cuenta. Valgan verdades, en el contexto de una premiación una instantánea similar no prueba nada. Quien escribe esta nota ha posado alguna vez con premios oficiales en México y Colombia y no quiere decir que los haya ganado. Además, el no existir en aquellos años fuentes en digital o redes sociales a las que acudir para obtener un dato inmediato, hacía que los medios tradicionales tuvieran que confiar ciegamente en la buena fe de quienes declaraban para ellos.
...Y EL OSCAR ES PARA....
En alguna oportunidad en la década del 70, Panta fue entrevistado en EEUU por su compatriota Pepe Ludmir, la voz que narraba el Oscar para toda Latinoamérica, quién le hizo el comentario acerca de lo grandioso que sería que un peruano llegara a ganar la estatuilla de la Academia. En aquellos años, el cine nacional solo había podido poner su pica en los Globos de Oro con la nominación a Mejor Película Extranjera alcanzada por "Espejismo" de Armando Robles Godoy en 1973, pero pasaron casi 2 décadas para que el clamor de Ludmir -aparentemente- se hiciera realidad. En abril de 1992, Antonio Panta vino de visita al Perú y concedió extensas entrevistas a varios medios de comunicación como la fenecida revista "Sí". En ella, el veterano luminotécnico se despachó a su gusto y además de contar más anécdotas como su trabajo en "Motín en el Bounty" (1962) al lado de Marlon Brando, hizo saber que había ganado el Oscar en 1978 por su trabajo en la primera entrega de "Star Wars" de George Lucas.
El dato puede ingresar en una nebulosa con las fuentes actuales, ya que el nombre de Panta no aparece siquiera en la página de estadísticas www.imdb.com que tiene una completa data de cine y tv -especialmente estadounidense-, y tampoco en los créditos de la película (que me tomé el trabajo de revisar totalmente en pantalla) y que ganó 6 estatuillas a Mejor Diseño Artístico, Vestuario, Sonido, Edición, Efectos Visuales y Música Original, y un Oscar Especial a Efectos de Sonido que lo recibió Ben Burtt. Sin embargo, los medios de aquella época no cuestionaron nada y todo se volvió más confuso al hablarse de que se trataba de un "Oscar Honorífico", el que tampoco figura en base alguna de la Academia de Hollywood.
Antonio Panta junto a la diva peruana del canto, Yma Sumac
Ese mismo año (1992), Panta ofreció un seminario sobre fotografía en el cine en una conocida universidad privada limeña. Con el aval de ser "un ganador del Oscar", no pocos estudiantes y docentes se matricularon en el evento, pero a decir de muchos de ellos, el famoso curso no pasó de un conjunto de anécdotas y unas demostraciones de trucajes con luces bastante primarios que distaban por mucho de la fama con la que el famoso luminotécnico venía precedido. En medio de las charlas, Panta decía ahora que el Oscar se lo dieron por su trabajo en "Galáctica: Astronave de Combate" (era una serie, por si acaso) y traía consigo un trofeo sin placa alguna que podía conseguirse en EEUU en cualquier tienda. Su muerte el 2 de noviembre de 1992 en Los Angeles solo sirvió para ahondar más en los misterios sobre los premios que en vida dijo recibir, pero de los que nadie podía dar cuenta con testigos, grabaciones de video o fotos del momento en que supuestamente se los entregaron.
Julia Panta, hija de su segundo matrimonio, manifestó años después que tras la muerte de su padre, fue a la casa donde éste vivió en EEUU y que ahí vio una vitrina con lo que se supone fueron todos los premios que este peruano recibió durante su carrera. Según ella, no trajo ninguno porque "una supuesta hija del fallecido se lo impidió" y la circunstancia se hizo entonces más confusa. Al no haber fuentes que acrediten semejantes logros, más de uno baraja que tanto el Emmy como el Oscar que dijo ganar, reposaban solamente en su fructífera imaginación. Tratar de sostener un relato así en tiempos del Internet se torna imposible, así que habrá que esperar pacientemente a que algún otro compatriota pueda lograr para el Perú -en la realidad- lo que ya consiguieron alguna vez México, Argentina y Chile. Por lo pronto, saquen sus propias conclusiones.
Antonio Panta recibiendo de parte del representante del gobernador de California una placa conmemorativa por su trabajo en televisión. Foto: Archivo AAlvarez.
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